domingo, 22 de noviembre de 2009

Al amor perdido.




Jamás recordare aquella tarde, fría por cierto, tanto en el contexto como por el medio en que se dio, gélidas teclas me unían a ella y una frase acompañada de un sentimiento tan sincero, le dije; escúchame… nunca te haré llorar, y un icono se dibujo en su rostro de candidez divina, sus ojos enternecidos se afinaban y todo esto imaginado porque no podía verla, pero más que eso un sentimiento de poseerla y sentir el calor inenarrable era suficiente para colmar el vació de no tenerla.

El momento llego atiborrado de experiencias cada vez más cargadas de pasión, satisfacción y sobre todo de un amor que llego tan inesperadamente como las salidas y citas que terminaban en una diferencia cada día, esto ayudo a comprender y sobre todo aprender de los errores, ¡pero cuanto ansiaba seguir teniéndola en esa fría pantalla! que forzaba a mi mente a imaginarla, de intentar adivinar cada movimiento, ella es hermosa, pero lo es mucho más, cuando la belleza externa no opaca esa magia tan interna que
sentí el primer momento al divisarla.

Ahora solo en las noches, recuerdo lo perdido y ganado, gane un amor y perdí el mió,
Porque ella dilucidaba cualquier tormenta que acaecía en mis noches de bohemio.
Es difícil explicarlo pero siempre he creído que cada ser humano tiene una forma de cómo espantar sus demonios personales, y una de ellos es pensar en algo hermoso y puro. Y yo solo pensaba en ella…

Lo mas difícil de estas experiencias recaídas en el corazón es que siempre terminan por dejarlo curtido, con yagas y cada vez mas apartado de sentir ese sentimiento tan utópico llamado “amor”. El llegar a este estado de melodía es una patraña, porque la usual característica que escucho decir siempre es la eternidad que de ella emana, pues no encuentro eternidad, al contrario un sentimiento tan finito que inmersa a sentirle miedo extremo de perderlo.

¡Demonios, exclame! Si fuera posible tener un regulador de estas pasiones, escogería sentirlo tan pronto como socavarlo, ahora solo me queda recordar e imaginar que algún día volverán a pasar por esta razón a veces perdida ese renacer de la magia en el corazón, y solo me quedan dos palabras por decirle a mi vida, te amo.

sábado, 19 de septiembre de 2009

En búsqueda de la niña mala.

En busqueda de la niña mala

Enrique Saavedra

A la niña traviesa que complica mis días

y los llena de intensa existencia.

Capitulo l

Había aprendido a vivir sin ti, estaba casi tranquilo sin amor, frase estúpida pero cierta y es que ese día que estabas besándome solo quería cogerte el rostro con ambas manos y sellar esos labios con los míos, esa piel ajustada a tu sombra, y tus fugases apariencias de diosa me hacían contemplarte como un carnerito,- bésame dijiste, y respondiéndote,- ¿cómo no hacerlo? Si están formándose a punto de recoger mis salivas y divisando cromadas de deidad tus pupilas grandes y brillantes, me enredan en el juego de las perdiciones del pecado, desnudas de prohibiciones y libres de nada.

-Suéltame y aléjate de mí, no quiero saber nada de ti, no entiendes que solo eres un juego para mí, ¡quedamos en que no entraríamos en explicaciones, jamás! Y sus fosas nasales se entreabrían en cada palabra ligeramente, sus ojos me miraban con piedad, y su boca temblaba al repetir “jamás”.

-las lagrimas recorrían por las líneas de expresión que se formaban al sollozar y admitir bajando la mirada que tenia frente a un ser gélido y tierno a la vez, dueña de mi voluntad y abusadora de esta. Solo quiero sobras de ti, no me importa seguir siendo un pongo maltrecho, no me importa; repetí mientras soltaba mis manos y su figura se perdía en aquella estrecha avenida.

A las once de la noche, cuando la gente puritana vagabundea en cuatro paredes, hay quienes prefieren llegar al meollo de la noche y de las sensaciones intensas, en una de esas ansias de experiencias nuevas fue cuando vislumbre a lo lejos una figura que se contorneaba en cada paso, disipando el aire cargado de nicotina, girando levemente el cuello y sonriendo como solo las grandes deidades pueden, es así como empezó el juego de miradas aquella noche, miradas a veces disparadas sin sentido en el intento de no evidenciar una clara atracción.

Aquel night club atestado de mujeres frívolas y calculadores, que solo clavaban la mirada en el grosor de la billetera también tenía una magia de sensación de éxtasis al entrar, -todo parroquiano debió haber pisado alguna vez un lugar así- fue la auto explicación que me di al verme reflejado en el espejo frontal partido por rombos coquetones que se llevaban y atraían las figuras esbeltas de las damas de compañía, solo en esa noche decidí observar aquellas mariposas nocturnas que tanto impulsan el libido de solo “ganarse” como lo decía Johan, un compañero de la universidad que había impulsado aquella salida tan repentina, pero aquella idea cambio drásticamente cuando tuve la oportunidad de invitarle una copa, mirándole sin cesar a los ojos mientras hablaba y me contaba situaciones divertidas de aquel antro, adjudique aquellos labios a los pétalos de rosas suaves y tersos, un deseo insostenible de pegarlos a los míos empezó a inundar mis pensamientos y fue entonces cuando decidí invitarla a bailar, -uno pegadito, exclamo ella- y fue cuando pude sentir ese cuerpo rosar, y crisparme toda la piel, sus manos entrelazadas con las mías y esa minifalda tan corta y excitante mostraba sus piernas y el movimiento de aquellas al girar alrededor de mi cuerpo, pasaron casi treinta minutos cuando advertí que las copas habían ya inundado mis sentidos y los estaban afinando a tal punto que quise besarla, cerré mis ojos cuando percate que estos en lugar de recibir unos labios toparon con una mejilla fría como hiel, esa sonrisa burlona y a la vez tierna me dejaron estático, sin pensar en la escasa billetera con la que contaba, señale una botella de Johnnie Walker Green Label a lo que ella sonrió pensando en la comisión que recibiría, en ese momento no me importo que se muestre fría y calculadora porque sus ojos decían algo diferente encriptado en esa figura tan sensual y ese disfraz de niña mala, decían que aún conservaba ternura, interrumpiendo mis pensamientos-que no piensas en manosearme- dijo como extrañada, acaso te gustan ese tipo de compañías-replique, entonces vi que sus ojos se hacían un poco más grandes y se dispenso por tener que ir al baño, al llegar de nuevo a nuestra pequeña mesa, me sorprendió con un cruce de piernas que confundían mis pupilas, dejándome con la interrogante de seguir un tobillo o el otro, de pronto uno de ellos me llamo la atención, al parecer tenía una marca extraña como si se hubieran atado alguna especie de correa, obvie ese detalle y lance la mirada hacia sus ojos, solo los había distinguido en tamaño sin notar que eran del color de la miel hirviente, tenía esos ojos llenos de prohibiciones y encanto que solo se ven una vez en la vida, el cuerpecito esbelto se movía al ritmo de la música, sentada como invitándome a bailar otra vez en lugar de seguir conversando, entendí desde ese momento que el idioma para aquella damita era el leguaje del cuerpo y no el de las palabras, al tenerla otra vez en mis brazos siguiendo el menear de su cintura note que ella escrutaba detalladamente mis movimientos, sobre todo los de mis pies que parecían moverse a un ritmo contrario, vacilo al verme tratar de seguirla y me dijo-te falta ritmo jovencito, al ver esos pequeños hoyos finalizando los labios en cada mejilla el sentimiento de estar ante la especie más tierna de la tierra volvieron a pasearse entre cada vuelta que no siempre manejaba, y yo escuchado el tun tun del meneo salsero, de pronto una frase soltó de mis labios- ¿crees en el amor a primera vista? – Solo creo en las cosas que vea o sienta- mirándome desafiante su respuesta siguió caracterizando su personalidad superflua.

Esa noche echado en mi cama, distraído por una polilla que revoloteaba toda la alcoba, en realidad solo alrededor del fluorescente pero al contraste con la luz parecía un gran monstruo de grandes dimensiones, sonreí ya que ese día había conocido a una polilla, mariposa de la noche que siendo tan solo una simple mortal, cuando está en su terreno se muestra como una diosa y es admirada por sus adeptos. Empecé a tocarme pensando en ella, recordando sus muslos sensuales y de pronto pare cuando recordé su sonrisa y sus pupilas tan llenas de vida,- ¿porque le pregunte si creía en el amor a primera vista, acaso fue el Green Label? Entonces seguí recordándola, mientras note que la polilla se había cansado de revolotear alrededor del foco, y ahora estaba intentando con pequeños impactos salir por la ventana, llego a mi cabeza la frase de mi abuelito; “si no crees que algo pequeño puede lograr grandes impactos, intenta dormir con un zancudo en la recamara”.

Abrí la ventana y deje retirarse al bicho, al verlo volar sentí una pequeña pena inexplicable, pero me envolví nuevamente con un comercial en la televisión, una conocida cerveza había roto con los prototipos clásicos de mujeres en bikinis y ceviches frescos en la playa, y en cambio estaba lanzando un sesudo mensaje a la población peruana; la suerte no existe, y ¿quien la necesita?, es cierto si todos empujamos hacia la misma dirección podremos lograr grandes impactos, y otra vez vino a mi mente la frase de mi abuelito.

En la sociedad donde yo vivía, apenas lograba entablar una conversación con alguna vecina, era la comidilla para que empiecen nuevos rumores sobre lo extraña que era ya de por si mi familia, un padre soltero viviendo con sus dos hijos era mucho menos común que ver a una madre soltera, mi madre una mujer cromada en oro el alma y rubíes la razón, admiraba su forma de conllevar las relaciones sin entrelazar su yo niño con su yo adulto, tenía un equilibrio emocional que no concordaban con su signo zodiacal como decía la tía Mari.

Habría recibido ella una propuesta económica en Canadá que nos libraría de las catástrofes económicas por las que estábamos pasando, mi padre; un bohemio sin causa, quien ahora aparentemente había encontrado una, la desdicha de no encontrarse con la mujer que lo aguantaba y soportaba sus serenatas internas a media noche, con el olor de alcohol que le daba un toque de verdad,-a veces pensé que a mi madre le gustaban estas serenatas madrugadoras, ya que pocas veces intento separarse de él realmente.

Es la segunda vez en la semana que lanzo mi despertador hacia ese poster de Claudio Pizarro, “bombardero de los andes” lo llamaban, ahora apenas un jugador que ni siquiera es convocado por la selección sancionado por una juerga, y es que en mi querido país, cuando alguien está en la cumbre nos encargamos de apabullarlo a tal punto de verlo embadurnado hasta la cornisa, quizás se lo merecía, pero hombre si es hermano nuestro no deberíamos tenerle consideración, entre peruanos hay una cruz que nunca queremos cargar y tratamos de cambiar la madera por alguna clase de aleación parecida al corcho para que sea menos pesada, la de la envidia, esta ha pasado por mi vida desde mis familiares los que siempre están entrometiéndose en la vida de otros, mirando las lonjas ajenas sin preocuparse por los propios rollos.

Recibí hoy una llamada para formatear una computadora, la de mi primo, la tía Mari se encargaba de revisar periódicamente si faltaba algo en su casa o si tenía un ápice de verse mal, intentaba llevar una vida aparentemente ordenada, siempre preocupándose por que todo marchara correctamente, pero algo la cegaba y es que si le hubiera dado la misma importancia a su computadora que a sus hijos, y hubiera reemplazado al técnico por un psicólogo, o quizás ella necesitaba ver periódicamente también uno, o más bien un oftalmólogo, no hubiera pasado lo sucedido luego con ellos.

La tía mari se le encontraba siempre en un lugar, frente al televisor viendo las telenovelas, mexicanas sobre todo. Cualquier persona extranjera que la hubiera acompañado en una programación hubiera jurado que se encontraba en México disfrutando de una tele llorona de televisa, y es que estamos atestados de este tipo de programaciones. Nuestra televisión, si aun se le puede llamar televisión nuestra, pocas veces se encarga de promover el mercado interno, y es esta la razón por la cual hasta nuestras jergas se están alienando, escuche algunas veces decir a escolares en un autobús, “te juro que él me dijo que estaba clavadazo contigo y tú te comportas como una fresa” evidentemente que ahora hasta las jergas son de importación.

Al llegar a su incólume sala, había encerado el parquet con tal minuciosidad que casi podía ver sus sonrojadas mejillas reflejarse en él. Esperando una de sus típicas frases las que siempre vociferaba llenándola de orgullo, esta vez fue un nuevo cuadro, uno que parecía un triangulo comiéndose un circulo con fondo negro con pequeñas chipas de blanco rompiendo con los colores eléctricos de las figuras geométricas dándoles un impacto de estar en otra dimensión,- ¿qué te parece? Pregunto, - muy lindo tía, respondí mientras note que debajo del sillón sobresalía un pequeña bolsita, imaginaba lo que era pero gire la mirada hacia el cuadro nuevamente, y repetí, -muy lindo.

-es un cuadro de un pintor muy conocido, diego delfín, acaba de ser premiado en París, ¿cómo se encuentra tu papa?

-bien, levante un sonrisa burlona y dije, ayer llego muy borracho y debe estar durmiendo en este momento.

-su mirada se torno retraída y sus ojos se pusieron prendidos al ver la naturalidad con la que aceptaba mi desdicha, entonces al darse cuenta que ya no era necesario ponerme en ridículo, pues me había tomado el trabajo de hacerlo y se lo había ahorrado a ella también, - bueno la computadora esta en el cuarto de mi Cesítar, sube que estuvo toda la tarde renegando porque un virus se apodero de su máquina,-no hay problema dije, mientras subía imaginaba que algún video pornográfico debió causarle ese virus a la laptop de su “Cesítar”, al subir las ventanas estaban abiertas, y trataba de esconder algo en su bolsillo, entre en carcajadas cuando vi que el “bate” estaba quemando sus pantalones, sabía lo que sucedía pero siempre tuve un carácter algo parecido al de mi tía, dejaba que las cosas sucedan y nunca hacia nada por cambiarlo, quizás esa era la razón por la cual admiraba tanto a mi madre, ella siempre preocupada por todo, por nosotros, nos hablaba, preguntaba cosas que importaban, cada palabra de ella me hacia reflexionar, una mujer inteligente, interesante y siempre dispuesta a cambiar lo que andaba mal, y también esa era la razón por la que detestaba tanto a mi tía, porque se parecía a mí, porque era como yo, y yo en ese momento me odiaba, por mi falta de falo al tomas decisiones.

Al llegar a casa, sábado por la tarde, la ciudad empieza a cobrar vida, a veces llamaba a Carlos para tomar unas cervezas junto con Johan mientras mi padre no estaba, y a mi hermana la dejaba encerrarse en su cuarto escuchando sus canciones emos, veíamos el desfile de faldas dirigiéndose a la discoteca que quedaba cerca a mi casa, y nos empilábamos tomándonos unos tragos para luego ir en busca de algo de diversión nocturna, pero empezó a vibrar el celular y recibí la llamada de yanina, jamás supe si ese en verdad era su nombre, algunas veces la vi escuchar otros nombres y voltear, quizás tuvo varios, en ese momento recordé lo que había pasado la noche anterior, recordé como ebrio intente besarla, recordé también la extraña marca en su tobillo, una mujer como ella llamándome, tan hermosa, su belleza era sobria, sus cabellos encrespados cayéndose sobre sus pechos tan redondos formando una v estirada,-¿crees que puedas venir hoy pregunto?, quede mudo un instante y luego mire hacia mis costados, ellos me miraron también como esperando que le diera una excelente noticia,-claro que sí, estoy llegando como a las once dije,- no! A esa hora tengo que fichar con un cliente, puedes llegar antes o sino mejor no vengas. Quizás ese fue el primer momento que empezó a ejercer dominio sobre mí, en el fondo de todos mis actos siempre estuve buscando alguien que domine mi voluntad, alguien que me haga sufrir ese misterioso sufrimiento de mi padre, jamás lo entendí, jamás entendí porque teniendo a la mujer más maravillosa la dejo de lado, la abandono de esa forma, porque fue tan misterioso, porque nunca hablo conmigo sobre sexo, porque no me llevaba a los partidos de futbol como otros padres a sus hijos, ¿por qué él vivía su mundo interno? Recuerdo muy bien el día en que mi padre me prometió ir a ver una exposición de pintura, él sabía que a mí me encantaba pintar, desde niño dibujaba a los tíos como caricaturas, y eso causo que desde pequeño sientan una antipatía por mí, el día tan esperado llego, él apareció pero sus ojos estaban perdidos, su camisa abierta sin un botón superior, y su rostro tenia contusiones, había sido asaltado, pero algo agregaba el dolor de ver a mi padre maltrecho, el olor a alcohol que caracterizaba su aura, era tan pequeño que esa imagen se quedo impregnada en mis recuerdos, en mi corazón como un tatuaje al principio dolió, luego era algo para enseñar, como lo hice con la tía Mari. Mi padre era un poeta, se había tomado a pecho la generación de los poetas bohemios, y los seguía al pie de la letra, se parecía tanto a mí físicamente que muchos me decían luchito por el nombre de mi padre antes de llamarme por mi nombre, pero siempre luche por no parecerme a él, lamentablemente el inconsciente a veces puede más que el consciente, y por más que me encuentre con amigos en una reunión, todos ebrios contándonos nuestras desdichas, siempre fui introvertido y contaba solo cosas que quería que me sucedieran, nunca lo que en verdad me importaba, solo con ella fui feliz, solo a ella le conté mis penas, ella sabia tanto de mi, a veces creo que le pagaba también por escucharme, porque lo hacía con tanto interés que me enamoraba mas de ella, la veía y su sonrisa me iluminaba el día.

-si, en este momento estoy saliendo para allá, espérame que quiero quedarme toda la noche contigo, quizás desistas de fichar con ese viejo, agregue.

-oí una risa burlona y replico, espero que tengas como apropiarte de mi toda la noche. Bueno te corto que me toca bailar.

-hoy nos toca el “Teo” dije y ellos me miraron extrañados, ayer estuvimos ahí dijo Johan, ¿no me digas que te templaste de esa ruca?

-nada que ver, hoy seguro que me la llevo, agregue.

-tranquilo pues, no quieras creerte don Juan, recuerda la última vez que intentaste hacer eso, como la chata Jakeline te puso en tu lugar.

Reí, pero en mis oídos seguían resonando esa melodiosa voz, que me decía; te cortó porque me toca bailar, después habría de verla desnudándose ante mis ojos, bailando ese table dance, mostrándome la perfección con la que había sido hecha, sus curvas infinitas filosas y peligrosas, su vientre cabía en una mano mía, y sus ojos coquetos siempre me buscaban, ella en realidad estaba interesada en mi en ese momento, quizás arruine ese instante de éxtasis al enamorarme de ella, quizás ella quería vivir una aventura eterna, pero solo supe que la amaba, amaba su rostro, la amaba porque me dominaba.

Una risa rompió lo que estaba añorando, y Johan dijo; en que piensas, siempre tan misterioso como tu viejo.

Entonces lo empuje y cerré mi puño, pero no llegue a consumar el acto,- jodete dijo, si sigues así te vas a quedar sin amigos, y ambos me dejaron solo, recordando lo que había sucedido, solo quería que llegue mi padre, verlo a la cara una vez más borracho, con la mirada perdida, y poder sacarle algo de dinero para ir a verla.

Entonces escuche que alguien se quejaba, era mi hermana que al parecer estaba llorando, era tan gélido con ella, era un mal hermano, yo sentía que mi papa en el fondo nos quería como yo quería a mi hermana, pero jamás me había nacido acariciarla, abrazarla, preguntarle por que se corta el brazo, porque se comporta como si no fuera de este planeta, solo atinaba a vislumbrarla, a veces le gritaba y ella solo sollozaba. -En fin, algún día mi hermana cambiara y tendrá alguien a su lado que la quiera. Lamento tanto haber pensado así en ese momento, si pudiera regresar en el maldito tiempo, remendaría tantas cosas, pero es muy tarde solo me queda recordar.

martes, 15 de septiembre de 2009

SOLO HOY, NO LLORO



Hoy no lloro…

Desdeñaste la pureza innata del amor libre que vociferabas,

Más te amaba con el ahínco de un pongo maltrecho desangrado,

Juzga la defectuosa voluntad de sonreír a mi lado,

Y tómame incontables veces más no cuando asienta llorando.

Pero... hoy no lloro, no

Pues te vi cruelmente, y adepto a tu crueldad sollocé de rodillas,

Desvalíjame de orgullo, y miénteme como en aquella serena orilla,

Escrutare tus arcoíris cambiándoles los tonos cromados de feminidad

Cuando esa chispa álgida de ti, brille rebosando esa engañada deidad.

Hoy no lloro…

Sigo amándote, si al llorar algún fantasma conocedor de la turbiedad bohemia,

Resuena y resuena tragándome en el fondo del fragor de la pútrida alma,

Nieve y gélida aparecen tus dedos para con piedad redimirme de mi vía,

Ahora sonriente, te tengo amándome con aflicción, desconsuelo y desgraciada.

Pero… hoy no lloro, no

Desgraciado y vil sentimiento el que acaece en mis dedos, desgraciado yo…

Que vislumbro tus ojos perplejos recordando nostalgias apartadas de mí,

Que sueño con rogarte, desvestirte y besarte fragmentariamente la voz,

Que te tengo y decido dejarte ir, ¡trágame fantasma! Y róeme lo vil.

Hoy no lloro…


domingo, 23 de agosto de 2009

En busqueda de la niña mala.


A las once de la noche, cuando la gente puritana vagabundea en cuatro paredes, hay quienes prefieren llegar al meollo de la noche y de las sensaciones intensas, en una de esas ansias de experiencias nuevas fue cuando vislumbre a lo lejos una figura que se contorneaba en cada paso, disipando el aire cargado de nicotina, girando levemente el cuello y sonriendo como solo las grandes deidades pueden, es así como empezó el juego de miradas aquella noche, miradas a veces disparadas sin sentido en el intento de no evidenciar una clara atracción.

Aquel night club atestado de mujeres frívolas y calculadores, que solo clavaban la mirada en el grosor de la billetera también tenía una magia de sensación de éxtasis al entrar, -todo parroquiano debió haber pisado alguna vez un lugar así- fue la auto explicación que me di al verme reflejado en el espejo frontal partido por rombos coquetones que se llevaban y atraían las figuras esbeltas de las damas de compañía, solo en esa noche decidí observar aquellas mariposas nocturnas que tanto impulsan el libido de solo “ganarse” como lo decía Johan, un compañero de la universidad que había impulsado aquella salida tan repentina, pero aquella idea cambio drásticamente cuando tuve la oportunidad de invitarle una copa, mirándole sin cesar a los ojos mientras hablaba y me contaba situaciones divertidas de aquel antro, adjudique aquellos labios a los pétalos de rosas suaves y tersos, un deseo insostenible de pegarlos a los míos empezó a inundar mis pensamientos y fue entonces cuando decidí invitarla a bailar, -uno pegadito, exclamo ella- y fue cuando pude sentir ese cuerpo rosar, y crisparme toda la piel, sus manos entrelazadas con las mías y esa minifalda tan corta y excitante mostraba sus piernas y el movimiento de aquellas al girar alrededor de mi cuerpo, pasaron casi treinta minutos cuando advertí que las copas habían ya inundado mis sentidos y los estaban afinando a tal punto que quise besarla, cerré mis ojos cuando percate que estos en lugar de recibir unos labios toparon con una mejilla fría como hiel, esa sonrisa burlona y a la vez tierna me dejaron estático, sin pensar en la escasa billetera con la que contaba, señale una botella de Johnnie Walker Green label a lo que ella sonrió pensando en la comisión que recibiría, en ese momento no me importo que se muestre fría y calculadora porque sus ojos decían algo diferente encriptado en esa figura tan sensual y ese disfraz de niña mala, decían que aún conservaba ternura, interrumpiendo mis pensamientos-que no piensas en manosearme- dijo como extrañada, acaso te gustan ese tipo de compañías-replique, entonces vi que sus ojos se hacían un poco más grandes y se dispenso por tener que ir al baño, al llegar de nuevo a nuestra pequeña mesa, me sorprendió con un cruce de piernas que confundían mis pupilas, dejándome con la interrogante de seguir un tobillo o el otro, de pronto uno de ellos me llamo la atención, al parecer tenía una marca extraña como si se hubieran atado alguna especie de correa, obvie ese detalle y lance la mirada hacia sus ojos, solo los había distinguido en tamaño sin notar que eran del color de la miel hirviente, tenía esos ojos llenos de prohibiciones y encanto que solo se ven una vez en la vida, el cuerpecito esbelto se movía al ritmo de la música, sentada como invitándome a bailar otra vez en lugar de seguir conversando, entendí desde ese momento que el idioma para aquella damita era el leguaje del cuerpo y no el de las palabras, al tenerla otra vez en mis brazos siguiendo el menear de su cintura note que ella escrutaba detalladamente mis movimientos, sobre todo los de mis pies que parecían moverse a un ritmo contrario, vacilo al verme tratar de seguirla y me dijo-te falta ritmo jovencito, al ver esos pequeños hoyos finalizando los labios en cada mejilla el sentimiento de estar ante la especie más tierna de la tierra volvieron a pasearse entre cada vuelta que no siempre manejaba yo escuchado el tun tun del meneo salsero, de pronto una frase soltó de mis labios- ¿crees en el amor a primera vista? – Solo creo en las cosas que vea o sienta- mirándome desafiante su respuesta siguió caracterizando su personalidad superflua.

jueves, 9 de julio de 2009

La vida puede dejar de ser un sueño


Al parecer la vida de ensueño ha musitado una vez más mis oídos…

Y ella misma me ha traído estas palabras…

Aunque hoy te vi muy poco, lamentablemente cruzamos unas cuantas palabras, al parecer tus tendencias y dedicaciones están yendo por otro lado, la vida me ha enseñado que la persistencia te traerá recompensas inolvidables hoy me dio una lección…

Empezare contando lo difícil que fue estar junto a ustedes dos hoy, porque si, fueron dos, tú y él, y yo como un pobre idiota recogiendo las migajas de atención, siguiendo tus pasos y soportar que te cortejen frente a mis ojos, ojos que a veces flaqueaban por voltear a verte, por levantar la mirada y lamentablemente no cruzarme con la tuya, por querer adelantarme en cada palabra aludiendo que entiendo cualquier idioma sobre todo el del amor, es que es imposible no enamorarse de esa sonrisa, que aunque castañee triada despierta en uno la ternura, te juro que tan solo de verte quería correr al papel y detallar esa imposible sonrisa, imposible de tener, imposible de besar…

Aquel juego de movimientos, entre risas deliciosas y cruces de cabello por el rostro, son los que fulminan la poca seguridad que momentáneamente se apodera de mí.

Al pensar como serian los días, las mañanas, sobre todo las noches sin poder recordar tu rostro, un escalofrío recorre mi cuerpo, y duermo pesando que al día siguiente aquella luna que me negó su luz estará ¡perpetua! Más que nunca acobijándonos y pariendo su magia en nuestros corazones, mis razones se pierden al pensarte, una de ellas está contigo siempre, la otra me regresa al vacio, cuantas horas más esperare por ti…? Cuantas horas más decidirá mi razón o corazón tanto en la fría espera como en el delirio de un poeta enamorado para decirte sin paredes terrenales que eres tú la mujer de mi vida, dueña de ella, dueña de todo, pensamientos, sentimientos, palabras… entonces la tome de la mano aprovechando un compra oportuna y le dije al oído…”eres tu aquella niña con la que sueño, déjame sentir la magia de tus labios, hoy la luna centelleante me ha confesado que este corazón… (Entonces puse su mano en mi pecho), esta tornándose iluminado y es porque tu luz lo enciende, solo déjame decirte sin que pronuncies alguna palabra, que estaré justo en el momento cuando el tuyo deje de irradiar esa luz, estará ahí el mío para regresarle eso que algún día lleno mi corazón, y que será devuelto” de pronto sentí esa sonrisa tan cerca y esos ojos brillantes mirarme fijamente que sus besos fueron míos esa noche y su luz también.

Nunca sabrás lo dulce que es el amor y lo puro que se puede tornar si no haces lo posible por tenerlo y sentirlo, recuerda que las almas son todas iguales, la diferencia la hace cada uno.

lunes, 22 de junio de 2009

DIA 10

Al día siguiente teníamos clases de literatura, ella siempre se sentaba adelante, era muy aplicada, sobre todo para este curso que sentía, la apasionaba, pero hoy note que giraba siempre el rostro para mirarme, y yo le devolvía la mirada, como diciéndole que mi interés por verla era reciproco, al finalizar la clase la invite a tomar un café, ambos conversábamos nos reíamos y yo asumía la pasábamos muy bien, todo parecía como hechizado hasta que levante la mirada y estaba él, como un león cauteloso esperando la gacela para ir a su caza, ella detuvo el paso y me dijo

-por favor, hablamos luego, tengo que conversar con él

Sólo me quedo recoger mis palabras y abrirme paso, camine firme sin voltear la mirada, yo confiaba en ella, y sabia que haría lo correcto, pero por otra parte tenía que saber que estaba sucediendo, seguí el paso, decidí amilanar mi curiosidad y confiar en ella.

Tuvieron que pasar quince largas horas para enterarme algo de ella, si bien es cierto los celos corrompían la idea de dulzura que tenia de ella, mas debía ser paciente, fue cuando recibí una llamada algo extraña, con la voz melódica diciéndome;

-te quiero mucho, ahora nada me detiene, y solo te pertenezco a ti, como deploras en tus poemas, esa frase estremeció mis huesos, por primera vez en mi vida estuve tan seguro que algo me pertenecía, que era mío, y que nadie me alejaría de aquello.

DIA 9

Al día siguiente, pensé muchas maneras de dársela, seria cobarde simplemente dejar la carta e irme, pero se vería un poco romántico también, entonces la espere ese día pero fue en vano, nunca llego, aquella noche de invierno empezó a caer la lluvia como torrente, por lo menos así lo imaginaba, porque mis sentimientos, no pudieron expresarse aquel día.

Pero no debería de esperar más, aquella niña tenía que ser mía, lo vi en sus ojos, en aquellos ojos noche que siendo oscuros me iluminaban el camino hacia el amor,

Entonces presuroso la visite, me presente con respeto ante sus padres, y le explique que tenía que entregarle algo muy importante, ellos la llamaron, se demoro un poco, pero llego, estuvimos en la sala de su casa, platicando por horas, claro yo empecé a tocar el tema, del porque de sus lagrimas, y solo hablábamos en términos generales, pero sin una idea exacta de lo que en verdad le sucedía, palabras como “la vida a veces nos enseña a dejar fluir esos sentimientos encontrados, que nos oprimen y que pueden liberarnos”

Esa fue la idea que se me ocurrió, sospechando que podría ayudarla a esclarecer un poco sus pensamientos confundidos, y al final llego la hora de mostrarnos transparentes ambos, quise hablar pero ella interrumpió, y dijo: sabes agradezco mucho que te preocuparas por mí, pero mis lágrimas fueron porque estoy muy confundida, bien sabes que tengo un enamorado,

-entonces ya te enteraste le dije;

- ¿enterarme de qué? Respondió ella, no supe que decir en ese momento, y ella empezó con sus interrogatorios, no pude librarme de ese problema, y le conté todo lo que había visto, pensé que echaría en llanto, entonces sonrió un poco, me cogió el rostro y me beso, me dijo:

- si es cierto lo que me dices te lo agradezco por ser sincero, si es falso, te felicito por querer hacer cualquier cosa por tenerme cerca, entonces quise decirle que era cierto pero volvió a cerrar mis labios con otro beso.

-entonces porque tenias esa congoja en la mañana, pregunte. Pero en mi cabeza seguía aquel beso imprevisto y fenomenal que había recibido

Voy a ser sincera, y espero que tu también lo seas me dijo,

- desde aquel día que empecé a leer aquel cuaderno tuyo, me sentí muy reflejada en lo que escribías, hasta llegue a pensar que era yo, y solo de imaginarme que fuera yo la que describes, me hizo sentir diferente, como muy especial.

-Eres tú sin duda, replique

-Pero estaba muy triste porque no sabía cómo decirle que ya no lo quería, bien sabes que tengo años con él, pensaba que era alguien muy especial pero estos últimos meses se ha notado algo frio y lejano, y desconfiado sobre todo, ahora entiendo el porqué de su cambio dijo ella.

-entonces me apresure para no perder ese momento mágico en el que los dos nos desvestimos de todo prejuicio y dejamos que el corazón triunfe sobre la razón.

En realidad yo vine hasta acá para entregarte esto le dije, y saque el sobre, cogí una mano y puse el sobre entre las dos, y cubrí ambas manos con las mías, es algo especial para ti, quisiera que desde este día todo sea diferente, yo quiero vivir algo especial, en el que nuestro mundo parezca fantasioso, utópico agregue, pero perfecto, y hagámoslo realidad no me importa si hoy los amores duran un santiamén o si los corazones están cegados y solo viven del exterior, yo siento que eres un fragmento que un día lejano se separo de mi y hoy regresa para devolverme la vida y las esperanzas.

Corrieron otra vez lagrimas sobre su rostro, y ella me miraba con los ojitos brillantes, esa noche fue como si los dos estuviéramos apartados de este mundo, ella con su cuerpo sobre mi regazo mirándome fijamente a los ojos y yo acariciándole el rostro los labios, y el cabello como lo había soñado antes, fue en ese momento que descubrí que ella era en realidad la musa tan esperada.

DIA 8

Al día siguiente…

Tal vez le diga que… no mejor le digo… o podría tomar ciertas…

Todo se me venía a la cabeza, fueron pensamientos pasajeros, que tan rápido venían, como se iban.

Entonces tome una decisión, debería ser yo el que desenmascare a ese patán, le dije;

-quisiera hablar contigo saliendo de clases,

al verla a los ojos note que una lagrima recorría su rostro y desembocaba en sus labios, me conmovió, en ese momento no pude resistir mis impulsos, tenía ganas locas de abrazarla, no pude contener ese sentimiento que estuvo reprimido por mucho tiempo, le seque las lagrimas con la yema de mis dedos, le acaricie el rostro mirándole a los ojos, mientras que ella me miraba, rápidamente giro el rostro y salió casi corriendo, pretendía no entrar a la clase, sabe dios que pasaba por su cabeza en ese momento…

La deje ir es cierto, ella indudablemente quería tener un momento de soledad, en el que se pueda contemplar a sí misma, sospechaba que se había enterado de la infidelidad, ya no era necesario que yo interceda, pero lo que más me preocupaba era como lo había tomado, fue en vano entrar a esa clase, puesto que todos mis pensamientos estaban en ese bus, el que ella tomo para retirarse de la clase.

Sin mediar palabra alguna con mis compañeros, Salí del salón casi a zancadas, tenía que acompañarla, contrastando mi pensamiento anterior, debía buscarla y decirle que en mi tenía un apoyo, que nunca la apartaría de mi corazón, que una vez sobre mi alma se poso su ternura y nunca se iría.

Entonces era el momento de escribir aquella carta, lo había pensado antes, y en lugar de acompañarla físicamente, esa noche creí en la magia, imagine que mis palabras que se estaban impregnado en un papel, se dirigían hacia ella, y la reconfortaban, la animaban, la hacían sentir amada.

Sé que me quieres, porque te digo te quiero…

Reconozco esta noche, imprecisa para escribir, puesto que hoy vi recorrer lagrimas sobre tu rostro, quizás imagine el motivo, quizás me pierda en tu compleja cabeza, pero hoy no encontraron día más ligero mis dedos, para empezar a escribir y componer tu silueta de fantasía en cada estrofa, en cada palabra que obedece a mi imaginación de poeta.

Hoy pude tocar tu rostro, suave como el sereno cuando arremete contra el rostro y hace sentir su frío y terso cuerpo, divise tus ojos como nunca, brillaban al mirarme, como brillan las estrellas en las noches despejadas, como cuando un anciano astro está a punto de desaparecer, y fue lo más inolvidable, porque te pude sentir más cerca que nunca, sobre todo sentí tu energía queriendo decirme que me quiere…

Y si mi lunática cabeza se equivocara, seria definitivamente lunática, pero no me equivoco al ver a los ojos, con ello puedo concluir que aquellas palabras escritas en noches funestas y en noches de algarabía, todas llegaban a tus sueños, y soñaste con esta carta, y soñé con que la recibieras, y sepas que te quiero, por encima de cualquier pero. Y sé que me quieres porque te digo te quiero….

Decidí terminar esa carta en aquella frase, no quería escribir una oda entera, solo quería que se enterara que la amo, que la siento por sobre todos mis sentidos, entonces vi caer otra vez la noche por mi ventana, mientras que ideaba como se la entregaría.

DIA 7

¿El te ama? Fue una de las preguntas que estuve tratando de responderme, ¿él en verdad te ama? Como quisiera que no fuese cierto, pero el amor se les veía en los ojos, yo sentía que te amaba, yo vivía su amor por ti, y me resignaba, como quisiera que no fuese cierto, es verdad aunque te viera sufrir quería que no se amaran, y yo darte consuelo.

Presuroso tome un taxi, persigue aquel auto le dije, y así fue como empezó…

Jamás pensé que mis sospechas fueran ciertas, el no le era fiel, estaba feliz, basto de alegría, al verlo en brazos de otras, pero también entre en ira, no era justo, ella es un ángel, y si alguien se atreviese a cortarle las alas para que no conozca el verdadera amor, ahí encajaba yo, para dárselas.

Pero algo me hacía sentir ruin, algo me impedía decírselo, en otras conclusiones, cuan verdadero seria el desenmascaro, si ella me tiene como a un admirador más que haría lo imposible por separarlos, hubiera querido que nunca se entere de mi secreto, pero es tarde, ahora solo tengo que quitarle las vendas, y enseñarle el verdadero amor, pero ya mañana decidiré eso, ahora solo me queda esperar que caiga la noche, y si dios me bendice soñar con ella.

DIA 6

He pasado más de una semana, tratando de meditar, es cierto deje un poco de escribir estas memorias pasajeras, pero nunca te saque de mi mente, estas en cada espacio al cual voy, tu mirada me persigue como sombra, no sé si algún día podre sacar estos vanos pensamientos que me atormentan día a día, juegan con mi mente, me hacen crear días primaverales, e inviernos duros, ahora mismo estoy en una de esas etapas, queriendo resarcir todo el daño que le hice a mi alma, y queriendo pasar la página del dolor, cuando te veo no sé si estas cerca o lejos, no sé si eres como materia viva que me enciende los poros, o eres como poesía sin fines que solo viene en noches de incesante desvelo, pero estas siempre impregnada en cada lumbral de mis paredes, en cada viento que cruza por la ventana trayéndome tu aroma, estas como reflejada en el agua que bebo, estas ahí!! Cerca a mí y no te puedo tocar….

Hoy estuve caminando, como es de costumbre dibujando algo, o tratando de encajar alguna métrica de mis poemas, pero lo más importante que hice hoy fue admirar tu belleza, y es que para admirarla hay que ser un conocedor de maravillas, de encantos personales, de candidez divina, de cariños exorbitantes. Aun cuando se que no me perteneces, y que otro ha de admirar tu belleza, por supuesto no como yo, ¡nadie lo hará como yo! Porque me he vuelto en perseguidor de tus inquietudes, en un centinela de tus actos, en tu poeta custodio, ¡sí! Jamás te dejare ser libre, porque estas en mis sueños, aunque en la dura realidad, te deje volar como ave buscando su nido.

DIA 5

Este último poema, se quedo impregnado en mi cabeza, no lo pude sacar por muchas horas, seguía pensando en aquel beso, en sus ojos de amor cuando miraba aquel personaje, todo se me alborotaba y mis pensamientos se aletargaban, quería correr y decirle que mi corazón le pertenecía, y que nunca se alejaría de ella, que sus besos me hacían soñar, que me volvería en un animoso personaje, pero la cobardía se apoderaba de mi, la única manera de desfogar todos esos sentimientos profundos seria escribiendo, así que busque “el cuaderno de sucesos” cada cuaderno de muchos que había escrito, habría tenido un nombre en particular, aquel no estaba, era lo más personal que tenia, no podía caer en manos de nadie!! Busque y rebusque por horas, pero fue en vano.

Al día siguiente era como si todos esos sentimientos reprimidos estuvieran mariposeando tratando de liberarse en alguna espontaneidad, estaba decidido a callar para siempre, ella era mi musa es cierto, pero también lo era de otro, este concepto empezaba a raerme todas las entrañas, sentí una mano tras de mi hombro, era ella, si!! Mi musa estaba hablándome, saco de su mochila un cuaderno, que se me hacia familiar; y me dijo ayer lo encontré, cuando saliste medio despavorido, yo balbucee, los colores se me subieron al rostro, estaba entre el calor y el frio, el éxtasis y la quietud, y escuche esa tierna voz diciéndome;

-¿te sucede algo?

Como era de costumbre no tenía palabras, y lo primero que se me vino a la mente fue,

-¿donde encontraste esto?

- Ya te lo dije se te cayo al salir, repitió ella,

Y la segunda pregunta, quizás la más importante,

- ¿leíste algo de este cuaderno?

- La verdad que si, respondió ella,

-son cosas muy lindas las que escribes, ¿desde cuándo lo haces? Pregunto nuevamente,

- hace tiempo……. Una respuesta muy tonta,

-bueno que te parece si nos tomamos un café, dijo nuevamente señalando una cafetería cercana,

- no puedo tengo que… y después… ella se dio cuenta de mi negación y dijo;

- no hay problema,

Que estaba pasando por mi cabeza en ese momento, ella sabía lo que yo sentía, lo había leído, no habría que ser lo suficientemente inteligente como para no darse cuenta que la describía en cada párrafo, la del fruncido entrecejo, la de los ojos extendidos por una afinidad a los costados.

ahora que mi gran secreto se vino abajo, que iba hacer con mis sentimientos?, esa noche empecé a leer nuevamente poesía, en cada verso que leía la tenía entre mis brazos, la soñaba, era indescriptible aquel sentimiento, todo tenía que cambiar, tenía que dejar de ser el niño cauteloso y miedoso, para convertirme en el hombre galante que conquiste a una chica, no sabía si mandarle alguno de mis poemas, puesto que esta manera de conquistar era muy antigua, muchas personas copian poemas, y esto ha perdido su valor, una carta sería lo más sensato, pero como enviarla? Primero tenía que observarla, y saber más de ella, porque mi carta tenía que ser perfecta, no debía ser tan densa y tampoco tan simple, esa misma noche en la madrugada, la llame por teléfono, eran casi las 11 y me respondió una voz medio grave, no era su papa, yo conocía muy bien la voz de su padre, cuando venía a la universidad a recogerla, era él, sin duda alguna, ¿que hacía en su casa a esa hora? Colgué el teléfono sin decirle siquiera mi nombre, pero esa voz hirió mi corazón como una daga cargada de veneno, empecé nuevamente con la poesía pesimista, estaba una vez mas de luto, y sentía que mi muñeca de cristal, aquella que no debía ser tocada por nadie, estaba yéndose de mis manos, y partiendo a otro sendero, seguí escribiendo, y culmine las últimas líneas:

“dama de la Noche ven a recogerme y llévame al lecho de mi amada amante”

DIA 4

Sé que rompí mi promesa, en palabras entrecortadas me jure no escribirte, te lo susurre al oído, y parece… que mis cartas no te estimulaban en lo mínimo, fue como si todo mi mundo creado por mi fantasiosa cabeza se hubiera amilanado, te vi seguir, te vi caminar, pero cuando intente correr y seguirte, llego de manera inesperada, con su porte de grandeza al tenerte entre sus brazos, contemple la escena, el seguía abrazándote, te sujetaba cada vez más fuerte, y presuroso te dio un beso, regrese por donde vine, camine y camine, cada vez más lento como imaginando que vendrías tras de mí al darte cuenta que te había visto, pero no! seguías con él, no quise saber nada mas de ti en ese momento maldije tu belleza, tu divinidad, y esos ojos que tanto me habían inspirado en noches de enajenación, porque solo de esa manera puedo llamarle, como pude idear y tejer toda una historia falsa de amor, donde el único que amaba, sentía y se expresaba era yo.

Cogí una vez más los cuadernos viejos, increíblemente están intactos, como si el tiempo no hubiese pasado por ellos, tenia poemas de amor de alguna niña que me habría inspirado en aquellos momentos, en el que pensaba que el amor siempre seria correspondido, y leí uno de ellos:

Noche inmortal

Aviste una increíble ave de colores laucos

Ella lucia resplandeciente y tu rostro se reflejaba

Quería verte, pero tu luz me enajenaba y cegaba

Te veía cada vez más cerca y con llanto

Suplique una vez más, “amor no te vayas”

Quédate a mi lado que la noche se nos quede

Entre las manos y deliremos tenues

Con pasión, recordando nostalgias

Accediste, sentí tus labios rebalsando de divinidad

Cegué mis ojos aludiendo percatar tu deidad

Y te ame esa noche como ninguna noche de nuestra existencia

Te cubrí de caricias sin dejar un paraje de tu cuerpo libre

Obvié cualquier pesar o sentir que habría de herirme

Y te jure, que en cada palabra que describa estaría tu esencia

Caíste entre mis brazos, te tuve como nunca, musite muchas veces

Eres tú la niña de mis ojos, la esperanza de mi alma y vida de seres

Como yo, que solo viven para amar, y te aman para vivir.

Volví a girar las páginas, y en ella me encontré con un poema, pero el titulo me llamo mucho la atención, “mariposa de la noche”, este poema lo habría escrito cuando desperté con la realidad que aquella niña no habría de ser la misma que yo asumía en mis pensamientos, y continué leyendo:



Mariposa de la noche

Te vi desfallecer en brazos de otro, eras tú sin duda

Tú eras mi musa, mi muñeca de porcelana y cristal

La que debía estar eternamente como ave pura

Pero te divertiste cruelmente como en bacanal



Con mis pesares y sensibilidad de poeta



Dirigiste una mirada de asombro y corriste

Huiste hacia mí, abrazaste hasta mis huesos

Ya era tarde, estaba frio como los sepulcros

Solo me quedo partir a mi lecho solitario y triste



Ahora todo ha cambiado, tus llamadas son en vano

Te quise es cierto, pero también te ame, y llano

Esta ahora mi corazón, que te deplora sin descanso

¡No se amilanara no! Estuvo desértico y maltratado



Es madrugada, y contemplo tu alma en cada verso

En cada palabra estas tú, sin darme tregua para pensar

En algo más que no sea mi muñeca y su universo

Juro relegarme de mí, renunciar a tu mar y zarpar.

DIA 3

Hoy no quise girar el rostro para verte, pues tu desgano y la manera como evadiste mi intento de acercarme terminaron por fulminar la poca decisión que tenía, intentos fallidos de querer dar respuesta… ¿que tiene tus rostro? Que me domina, me seduce, me aprehende como la primavera al otoño como el suave manto del sereno a las noches frías de invierno.

Jamás pensé que terminaría enclaustrado en mi propia cárcel de pensamientos vanos y dementes, tratando de apaciguar las aguas de mi alma, que se conmueven turbulentas de ellas mismas... De ver como se estropean. En las noches de bohemio fantaseo que estoy musitándote al oído, que tus pestañas rizadas se cierran levantando el rostro esperando que mis labios se atrevan a derribar esa barrera de complejos de inferioridad y te tome de la cintura, que intente fusionar tu cuerpo con el mío y te musite al oído que sino pruebo el néctar de tus labios quedaría privado de toda satisfacción en la vida.

Toque el tema bohemio…. No me refería al bohemio alcohólico. No!

Basta con oler tu perfume sobrio para convertirme en un adicto a tu respiración,

¿Porque tuvo que ser así? ¿Porque tuve que llegar tarde? ¿Donde estuve? ¿Porque busque tan lejos si te tenía cerca? Y la pregunta más enigmática de nuestra doctrina de amor, porque no me esperaste, si te revele en sueños mi presencia, describí en tus fantasías como seria cuando llegue, te tomaría de las manos y te llevaría desde el mismo infierno hasta el cielo, para que conozcas la extrema sensación de mi poesía, que puede robarte una lagrima, como un deseo desesperado de amar.

Sé que prometí que jamás dejaría de escribirte, que siempre estarías reflejándote en cada anotación de las yemas de mis dedos, que serias mi guía divina y tu sendero no tendría inicio ni fin, aunque otras crucen por mi lecho tu serás el alma de las sabanas, la titiritera de mis pensares, motivaciones y movimientos, y también te dije, se que tu cuerpo puede no pertenecerme, tus delirios de grandeza puedan más que tu concepto de amor, pero nunca olvides, nunca! Que el amor de tu alma me juro amor perenne, y ahora esta transformada en musa de inspiración, cada noche de desvelo, se que dijimos todas esas cosas en sueños colectivos, pero hoy rompo mi promesa, prometo jurarme no confundirte, dejarte ser libre, y amarte sin límites...

DIA 2

Ayer no pude escribirte porque me quede perplejo con tu mirada, y tu voz, si! Por fin pude verte, era indescriptible tus pupilas se embarullaban con tu acaramelada voz, un sendero tortuoso se manifestaba en mí, no supe que responder, las tormentas personales conocedoras de mi ilusión y mis desgracias estaban presentándose, miles de palabras formaron una aglomeración en mi cabeza , y no sabía cuál de ellas pronunciar? Hoy fue como una triste novela de aquellas en el que la oportunidad se te va de las manos, aquella que cuando está por llegar al final, y se torna opaco, cierras el libro y prefieres quedar ignorante al desenlace.

Estuve leyendo poesía de pablo Neruda, “me gustas cuando callas porque estas como ausente…

Me gustas, así no calles, así alardees tu belleza en cada paso, así volteen a verte cuando derrochas frescura e hidalguía, porque en noches de delirio tengo la seguridad que tu alma busca lo mismo, y que viene a posar en mi cama, me abraza, me colma de caricias, y la magia nuevamente se apodera de nuestros delirios, indudablemente un paraje tuyo está conmigo, ¡ahora en este momento! Cuando te escribo siento que tus manos me acarician el rostro áspero por la barba, quisiera que sepas que es conmigo con quien sueñas, que soy yo el que te rapta cada noche para traerte a mi lecho, el que suspira con cada respiración tuya, el que adormece el dolor de no tenerte físicamente, sin embargo, estoy aquí enalteciendo tu personalidad, abrumándote de existencia.

“Me oyes desde lejos………… que bella frase, me identifico tanto con esta parte… sé que me oyes desde lejos, ahí donde juegas como niña con tu cabello, cuando volteas pensando que alguien te observa, y asientes la cabeza una vez más resignándote a no imaginarme, estoy ahí! Contemplándote como un centinela rebalsando de cafeína, con los ojos prendidos en tu belleza, ahora sé que estos pensamientos llegaran algún día en forma de cartas a tus manos, cuando todas se han de juntar, y en un unísono reflejen la demencia de este escritor que está sometido a tus deseos convirtiéndome en tu escribiente.

CARTAS A UN AMOR UTOPICO

Hace ya mucho tiempo que esperaba un momento como este, fue como un día de eclipse, en el que la luna tenue y brillante se interpone al sol opacándolo, así llegaste a mi vida opacando toda mi semblanza de frialdad para convertirla en amor, aquella palabra tan triada por poetas, y tocada por muchos indiferentes, pero hoy entiendo más que nadie aquella palabra, tan solo pude divisar una apresurada mirada tuya, y basto para cautivarme, tus suave cabello, aunque no los haya deslizado entre mis dedos, imagino utópicamente que deben ser así, aquellos ojos que parecen ser extendidos por una afinidad a los costados y tu ceño medio fruncido me dicen que si no los miro y descubro cual es su color, podría enloquecer de tan solo imaginarme que tanta magia habría al tenerlos frente, la noche taciturna en la que te escribo quiere caerse y dar paso a la alborada, te siento en cada palabra que nace desde la raíz del fragor de mi alma, te siento cuando estoy pensando, porque pienso que tu mejilla esta junto a la mía, que tus labios están a punto de abatirme en cada suspiro y entrelazarse con el mío, te siento cuando cojo tus manos en mis sueños desvelados y muchas veces interrumpidos, cuando esa mirada acelera cada vez mas mis pulsaciones y latidos al punto que me tomo el pecho aludiendo que este corazón se irá contigo, día y noche trato de desvelarme y pensar en ti, porque el masoquismo de pensar en tu infinita e imposible deidad malversan mis sentidos, los afinan, los destrozan quedando como un acorralado de mis propios sentimientos que hoy yacen contigo, quiero quererte, quiero confiarte la eternidad de mis palabras, quiero poseerte, porque quiero ser yo también el que este siempre en tus pensamientos, con el que sueñes despierta, con el que te mira en tus sueños y te acaricia con la ternura de una mariposa en primavera, desdichados aquellos que tienen que conformarse en vivir una falacia tan grande llamada amor por muchos, pero que en realidad es querer por otros, el amor es más grande, es infinito, inexplicable, milagroso, ni mil páginas bastarían para definirlo porque puede variar en intensidad, hoy te confieso ante estas palabras que sin tu existencia todo seria llano, la vida seria nula, mis palabras antes puestas de intermedio serian mentiras sino estuvieras para tan solo regalarme esa sonrisa que aunque a veces no me pertenece, me da el elipser eterno para escribirte estas frases que quizás nunca lleguen a tus manos.