lunes, 22 de junio de 2009

DIA 10

Al día siguiente teníamos clases de literatura, ella siempre se sentaba adelante, era muy aplicada, sobre todo para este curso que sentía, la apasionaba, pero hoy note que giraba siempre el rostro para mirarme, y yo le devolvía la mirada, como diciéndole que mi interés por verla era reciproco, al finalizar la clase la invite a tomar un café, ambos conversábamos nos reíamos y yo asumía la pasábamos muy bien, todo parecía como hechizado hasta que levante la mirada y estaba él, como un león cauteloso esperando la gacela para ir a su caza, ella detuvo el paso y me dijo

-por favor, hablamos luego, tengo que conversar con él

Sólo me quedo recoger mis palabras y abrirme paso, camine firme sin voltear la mirada, yo confiaba en ella, y sabia que haría lo correcto, pero por otra parte tenía que saber que estaba sucediendo, seguí el paso, decidí amilanar mi curiosidad y confiar en ella.

Tuvieron que pasar quince largas horas para enterarme algo de ella, si bien es cierto los celos corrompían la idea de dulzura que tenia de ella, mas debía ser paciente, fue cuando recibí una llamada algo extraña, con la voz melódica diciéndome;

-te quiero mucho, ahora nada me detiene, y solo te pertenezco a ti, como deploras en tus poemas, esa frase estremeció mis huesos, por primera vez en mi vida estuve tan seguro que algo me pertenecía, que era mío, y que nadie me alejaría de aquello.

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