Al día siguiente, pensé muchas maneras de dársela, seria cobarde simplemente dejar la carta e irme, pero se vería un poco romántico también, entonces la espere ese día pero fue en vano, nunca llego, aquella noche de invierno empezó a caer la lluvia como torrente, por lo menos así lo imaginaba, porque mis sentimientos, no pudieron expresarse aquel día.
Pero no debería de esperar más, aquella niña tenía que ser mía, lo vi en sus ojos, en aquellos ojos noche que siendo oscuros me iluminaban el camino hacia el amor,
Entonces presuroso la visite, me presente con respeto ante sus padres, y le explique que tenía que entregarle algo muy importante, ellos la llamaron, se demoro un poco, pero llego, estuvimos en la sala de su casa, platicando por horas, claro yo empecé a tocar el tema, del porque de sus lagrimas, y solo hablábamos en términos generales, pero sin una idea exacta de lo que en verdad le sucedía, palabras como “la vida a veces nos enseña a dejar fluir esos sentimientos encontrados, que nos oprimen y que pueden liberarnos”
Esa fue la idea que se me ocurrió, sospechando que podría ayudarla a esclarecer un poco sus pensamientos confundidos, y al final llego la hora de mostrarnos transparentes ambos, quise hablar pero ella interrumpió, y dijo: sabes agradezco mucho que te preocuparas por mí, pero mis lágrimas fueron porque estoy muy confundida, bien sabes que tengo un enamorado,
-entonces ya te enteraste le dije;
- ¿enterarme de qué? Respondió ella, no supe que decir en ese momento, y ella empezó con sus interrogatorios, no pude librarme de ese problema, y le conté todo lo que había visto, pensé que echaría en llanto, entonces sonrió un poco, me cogió el rostro y me beso, me dijo:
- si es cierto lo que me dices te lo agradezco por ser sincero, si es falso, te felicito por querer hacer cualquier cosa por tenerme cerca, entonces quise decirle que era cierto pero volvió a cerrar mis labios con otro beso.
-entonces porque tenias esa congoja en la mañana, pregunte. Pero en mi cabeza seguía aquel beso imprevisto y fenomenal que había recibido
Voy a ser sincera, y espero que tu también lo seas me dijo,
- desde aquel día que empecé a leer aquel cuaderno tuyo, me sentí muy reflejada en lo que escribías, hasta llegue a pensar que era yo, y solo de imaginarme que fuera yo la que describes, me hizo sentir diferente, como muy especial.
-Eres tú sin duda, replique
-Pero estaba muy triste porque no sabía cómo decirle que ya no lo quería, bien sabes que tengo años con él, pensaba que era alguien muy especial pero estos últimos meses se ha notado algo frio y lejano, y desconfiado sobre todo, ahora entiendo el porqué de su cambio dijo ella.
-entonces me apresure para no perder ese momento mágico en el que los dos nos desvestimos de todo prejuicio y dejamos que el corazón triunfe sobre la razón.
En realidad yo vine hasta acá para entregarte esto le dije, y saque el sobre, cogí una mano y puse el sobre entre las dos, y cubrí ambas manos con las mías, es algo especial para ti, quisiera que desde este día todo sea diferente, yo quiero vivir algo especial, en el que nuestro mundo parezca fantasioso, utópico agregue, pero perfecto, y hagámoslo realidad no me importa si hoy los amores duran un santiamén o si los corazones están cegados y solo viven del exterior, yo siento que eres un fragmento que un día lejano se separo de mi y hoy regresa para devolverme la vida y las esperanzas.
Corrieron otra vez lagrimas sobre su rostro, y ella me miraba con los ojitos brillantes, esa noche fue como si los dos estuviéramos apartados de este mundo, ella con su cuerpo sobre mi regazo mirándome fijamente a los ojos y yo acariciándole el rostro los labios, y el cabello como lo había soñado antes, fue en ese momento que descubrí que ella era en realidad la musa tan esperada.
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