jueves, 7 de febrero de 2013

Promesa rota

Alguna vez escuche que las palabras duelen, pues si son más hirientes que un golpe y generalmente dejan huellas en el alma y en el corazón difícil de cerrarlas, lo se más que nadie puesto que llevo conmigo el yugo de una lengua punzante e hiriente, pero entiendo también que hay algo que duele más que las palabras y esa es la traición, la traición de aquella persona la cual un día depositaste algo de confianza, y es así como empieza mi historia.
Una noche nuestros cuerpos desnudos en una simbiosis con nuestro sudor fueron presos de los placeres y del amor, me sentía como nunca antes, sólo quería que te quedaras conmigo aquella noche, sólo quería ser lo mejor para ti y con una lágrima recorriendo por mi rostro y agarrándome el corazón te pregunte; quieres escribir esta historia conmigo? Quieres un amor bonito sin mentiras ni engaños? Te entrego mi corazón, desde este momento es tuyo, por favor no lo hieras puesto que acaba de cicatrizar, cuando ella vio mis ojos llorosos, me beso, me abrazo y me dijo si quiero escribir esa historia contigo, y fue así como deposite toda mi confianza en ella, le dije claramente, no te odiare si te enamoras de alguien más, te odiare si me mientes, eres libre de decirme lo que quieras, yo siempre te entenderé.
He leído muchos estados en redes sociales y siempre veo que las mujeres buscan un hombre sincero, que las quieran y sobre todo que estén dispuestos a escribir esa historia de amor con ellas, creía entender a las mujeres, incluso en la cama, pero ciertamente son un universo inteligible, cuando es noche ellas quieren el día, y cuando es día ellas quieren la noche, cuando se le presenta un amor sincero, ellas te engañan, y cuando juegas con ellas, eres un maldito.
Yo quise escribir una historia de amor, quise tener esa calidez en mi corazón de amar a alguien sin lastimarle, lamentablemente con una herida tan grande ya me es imposible, no volveré a ser el mismo, no veo a las mujeres como antes, es mejor decirles; no creo en ninguna, y esa naturaleza de haber perdido la esperanza y la confianza en alguien hace que te odie, te odie por cambiarme la visión del amor, pero también te agradezco porque veo el mundo como en verdad es, lleno de mentiras, de traiciones, de hipocresías, así somos los seres humanos y eso no cambiara, con este párrafo doy muerte a mis historias de amor, como siempre lo fueron, amores utópicos.

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