sábado, 15 de agosto de 2015

Los sueños; sueños son.

Hace cuanto que deje de hablar de amor?
Hace cuanto que no escribo con la pluma exabrupta cargandome la garganta, son años quizás que he olvidado la pasión de escribir, la pasión de leer; pero sobre todo la pasión de vivir, estos meses fueron los peores de mi vida, mis sentimientos han pasado desde el júbilo hasta la tristeza misma que desgarra el alma hasta dejarla como trapo de pongo maltrecho y herido.
He visto mi orgullo una vez más desvanecerse como azúcar al sol romano, y he despertado una vez más de ese letargo que solo me hace hueco en el alma y piedra la cabeza.

No voy a escribir de ninguna mujer, pues ninguna de estas líneas han merecido que escriba de alguna de ellas, algunas porque no han sembrado nada en mi corazón y otras porque se lo han robado.

Escribo cuando sufro, y cuando sufro vivo, cuando quiero vivir y despierto del ensueño ; quiero ser todo: quiero ser escritor, quiero ser bohemio, quiero enamorar, quiero enamorarme, quiero ser poeta.

Recuerdo la última vez que estuve así, conocí a una mujer bella como ella misma, tan flaca que cuando le hacía el amor sentía sus caderas sobresalirse y mis manos le rozaban todo el cuerpo y mi sexo duro como la piedra le hacía daño puesto que ambos eramos vírgenes,  quizás por ese imperativo machista que no pude olvidarla porque esas cosas del destino me decían que ella seria el amor de mi vida para siempre, pero yo era un niño y ella era una mujer; ella no creía en poesía no creía en los poetas y en cambio quería ver el mundo, y es así como vio el mundo por otros ojos; por otros cuerpos y otros besos que no fueron los míos, la noticia me mató. Hasta que conocí a la que sería el amor de mi vida, una muchacha diferente e inocente, pero también quería ver el mundo, entonces intente enseñarle el mundo conmigo, le enseñe muchas cosas, le hice el amor con una pasión desbordante, llegamos al éxtasis de amarnos, pero ella no me amó y lo que creyó ser amor se convirtió en obsesión,  cuando la obsesión se fue, no quedo nada, y yo aquí aun buscando al amor de mi vida, que ya haya visto el mundo y que quiera regresar a quedarse conmigo y ver nuestro mundo y vivir muchos mundos y que me saque de esta pesadilla como una vez ya lo hicieron.

Y seguiré soñando al despertar, porque como lo dice Calderón de la barca, no importa sonar ni estar despierto.

Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

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