lunes, 15 de noviembre de 2010


Recuerdas los recuerdos

Los cimientos de mi afligida razón subyacen en débiles estructuras cuando se humedecen por la tinta de mi carga emocional y me es posible hablarle a los recuerdos.
Mi querida musa, hoy vestiste los oscuros colores del carbón, y delineabas con esos movimientos improvisadamente perfectos, cada línea, cada renglón que acaece libremente como lo hace la naturaleza, siempre hacia el fondo, donde el fragor del alma es algo más que intenso, mucho más que vivido, es algo retorcido.
Mi querida musa agradezco que seas impertinente al entrar por esa ventana inmutada en un soplo de brisa congelada, entumeciendo mis dedos y recordándome que antes de escribir, tengo que vivir.
Mi querida musa, gracias a esa escabrosa señal mis fantasmas se hicieron realidad y ya no dañan más, no dañan porque las ilumina la pureza de tu mística enmudecida.
Como un ciclo libertino mis sentidos se afinan con un espacio y tiempo incierto, pudiera tal vez escrutar la moldura de tu ceño, lo escarpado de tu ombligo hacia el pecho, tus cabellos serpenteantes confabulados con la brisa y la luminosidad del sol, mientras que ellos se siguen alterando.
Recuerdo también tu respiración agitada en el péndulo del libido, el sudor de tu cuerpo cubriendo el mío, haciéndome oír la melodía de nuestro ritmo cardiaco inmutado en uno solo.
Recuerdas cuando las llagas de mis dedos raspaban tu rostro y cuando la barba de mi rostro raspaba tus dedos.
Recuerdo a los recuerdos, amaba tanto el temblar de tus labios al pronunciar con melancolía: amor, amor quédate.
Recuerdo cuando asociabas mi conducta melancólica y taciturna con el desprecio, mi querida, no solo provocabas alteraciones a mis sentidos, afinabas los a tal punto que pude dibujar tu sonrisa en una noche bohemia y tocarla, respirarla y absorberla.
Mi querida, es prohibido a mayor pronunciar tu nombre, solo se que suenan melódicamente como la prosa de flaubert.
Recuerdas morena de piel canela, de ojos afinados y nariz respingada, de curvas prodigiosas y cabellos alborotadamente sensuales como nuestra sed de pasión fue zaceándose y acrecentándose nuevamente en un ciclo natural que desgarra aun nuestra piel regresándonos a la realidad de no ser ni sombra ni espectro de nuestros cuerpos.

lunes, 2 de agosto de 2010

La sombra de Basuro


LA SOMBRA DE BASURO

I


En singularidades es cuando realmente se ponen a prueba las generalidades y es acaso en estos momentos cuando los lazos se agrietan y quedan en pie aquellos que son más fuertes que la sangre misma.
Basuro era una singularidad, era más que eso, acaso un perro chusco con manchas de hiena y chúcaro en cada movimiento, su pelaje muy opaco igual que sus ojos, arrastraba la cola y dejaba caer las orejas cada vez que se sentía cohibido o con hambre.
A Basuro lo encontré en unos suburbios a las afueras de la ciudad, afligido por el aciago panorama gris de aquella y del cielo que combinan lujuriosamente para hacerte sentir peor cada día. Manejaba por la defectuosa carretera que parecía abandonada, buscando algo despejado, quizás el cielo, quizás mi mente, cuando después de pasar por aquellas precarias casas desniveladas e improvisadas llenas de moho en sus techos, después de escrutar cada una de ellas tan pobres pero con un cielo tan lindo, pensé en algún momento si priorizaría mi caliente departamento o aquel frio cielo tan celeste y virgen, de repente estaba él parado encima de aquel muladar, de aquel montículo de desperdicios; de basura, apenas un cachorro mirándome a lo lejos, sus orejas caídas y aquella tierna lengua desproporcionada que colgaba de sus mandíbulas, frene el carro y supe que era eso lo que salí a buscar tan anormalmente esa mañana, a pesar de mi figura delgada vestido todo de negro y con unos lentes oscuros que debieron parecerle ojos enormes a Basuro, él nunca huyó de mi, fue como si él también estuviera esperándome, el porqué del nombre Basuro creo que es evidente, pero más que eso, Basuro era la sombra de aquel lugar tan pobre y olvidado, no se me ocurrió mejor nombre que uno que reflejase su procedencia y su aspecto.

A Basuro le encantaba la comida pero sobre todo la libertad, la primera semana que estuvo conmigo arruinó totalmente la puerta de arañazos y mordiscos, así que decidí darle libertad y esperar a su retorno, en el fondo sabia que el siempre regresaría, y así paso casi un año con sus salidas repentinas, a veces regresaba a casa al día siguiente, era como un humano bohemio pero esencial, porque descubrí que viajaba largas distancias solo para reencontrarse con sus hermanos, algo muy extraño en un perro, así que para mí las teorías de que los animales no tienen sentimientos son un disparate, a veces pensé también que presentía cuando tendría visita y quería dejarme solo, fue así como de costumbre salió de un zarpazo y a los pocos minutos llegó Raquel a mi casa con una botella de vino y dispuesta a cocinarme algo, casi no cenamos aquel día pero tuvimos sexo como de costumbre y al día siguiente nuevamente solo esperando la llegada de Basuro, pasaron tres días y ni una pulga de Basuro, decidí buscarlo y terminar con la incertidumbre. (continua)

lunes, 5 de abril de 2010

¿Homenaje a Jesús Vasquéz?



El pasado sábado 3 de abril falleció María de Jesús Vásquez a los 89 años, como sabemos un ídolo del género criollo y del género musical en general.
Como también recordamos en nuestro país se creo una clase de elite entre los criollos que eran descendientes de españoles y las demás clases raciales entre las que estaban; los negros, mestizos y serranos.
Hoy en día la historia no ha cambiado mucho pues los que se embalsan de la música criolla (española-limeña) son los descendientes directos de la oligarquía colonial limeña, esta misma que creo el abismo social por el que paso el Perú en 1879 durante la guerra con chile, como escribió Basadre “en el Perú los ricos son muy ricos, y los pobres muy pobres”.
Lo que resaltamos en esta mujer excepcional no es su gran voz y su música exquisita que atravesó fronteras sino su afán por la igualdad y la inclusión social que muy pocos han querido tocar, esa llaga del Perú que aun esta tibia y roja.
Sus canciones como “el plebeyo” ha marcado a esta sociedad y llegado al corazón para la unión peruana, algo que no logro en vida y que espero se toque con su muerte.
Ahora los “congresistas” se empapan de esta muerte y se atreven a mancillar el honor de esta mujer invadiendo su aura de ternura y devoción. Imagino a María de Jesús Vasquéz resarciéndose en su tumba al ver que un grupo de comechados se bañan con su gloria y recuerdo, y a una "lava pies" haciéndose la sufrida por su perdida.